Un nuevo estudio de No Kid Hungry (vea el reporte) revela que un número abrumador de padres están atravesando dificultades para poner comida en la mesa para sus hijos. Esto fue más evidente durante los meses de verano, cuando los niños pierden el acceso a muchas comidas gratuitas o a precio reducido que reciben en la escuela. Las respuestas a la encuesta, realizada a más de 1,200 padres, revelan que el regreso a clases es un alivio para quienes tienen dificultades para llegar a fin de mes ya que estas comidas son una herramienta esencial para que los niños prosperen en la escuela.
El 40% de los padres temen quedarse sin comida antes de fin de mes
Carol, madre de cinco hijos en Colorado, describió su situación familiar: “Llegar a fin de mes es el mayor reto en este momento. Ambos trabajamos y tenemos cinco hijos en casa. Cada mes es un esfuerzo cubrir las necesidades de todos”. Dijo que el aumento del costo de los alimentos ha obligado a su familia a tomar decisiones difíciles. Algunas semanas, “apenas logran reunir lo necesario para preparar una comida”.
Carol no es la única. El 70% de los padres y el 66% de padres latinos encuestados mencionaron la inflación y el aumento de los precios de los alimentos como su principal preocupación financiera, y el 55% y 53% respectivamente reportó dificultades para comprar sus alimentos habituales. A medida que los precios siguen aumentando, los ingresos de muchos no aumentan al mismo ritmo. 4 de cada 10 padres afirmaron que su situación financiera había empeorado en comparación con el año pasado, y aún más difícil para los padres latinos ya que el 34% habían perdido su empleo.
Un padre de Georgia habló de estos retos: “Da la sensación de que, por mucho que uno gane, no te queda nada. Se vive al día. Cuando se tiene un presupuesto ajustado, una comida escolar te ayuda a superar esa etapa difícil”.
Las comidas escolares son más que un alivio: son un salvavidas para muchas familias. “Hay menos estrés financiero”, afirma Carol. “Podemos vivir mejor gracias a estos programas”.
El 85% de los padres latinos afirma que las comidas escolares ayudan a sus hijos a tener un mejor rendimiento escolar
Durante años, No Kid Hungry ha afirmado que una barriga llena, significa una mente atenta. Y los resultados lo confirman. A nivel nacional, el 83% de los padres están de acuerdo en que a los niños les cuesta concentrarse cuando tienen hambre. Estas comidas también son un factor importante para aumentar la asistencia a la escuela. 3 de cada 5 padres afirmaron que las comidas escolares motivaban a sus hijos a asistir a la escuela con regularidad.
Los programas de comidas escolares son esenciales, un padre latino explicó claramente lo que está en juego: “Mi hijo podría pasar hambre en la escuela porque no tenemos los ingresos para comprarle el almuerzo, y eso probablemente afectará su concentración”.
Casi el 90% de los padres consideran que las comidas escolares son un programa valioso
Los beneficios de las comidas escolares van mucho más allá de la cafetería. Para los padres, saber que el almuerzo está cubierto significa menos preocupaciones y más margen en el presupuesto.
Si bien casi la mitad de los padres creen que el estrés que sienten interfiere con su crianza, aún más (2 de cada 3 padres latinos encuestados) afirman que las comidas escolares ayudan a reducirlo. Los programas federales de nutrición, como las comidas escolares, alivian los sentimientos de culpa y depresión que experimentan los padres cuando tienen dificultades para alimentar a sus hijos.
Ese valor se refleja en hogares de todo el país, incluyendo el de Maurice. Maurice está muy involucrado en la vida de su hija de quinto grado, desde las tareas hasta las clases de baile. Pero cuando hay vacaciones escolares, el alto costo de la comida añade una carga para el presupuesto familiar. El regreso de las comidas escolares gratuitas cada otoño les da un respiro necesario.
“Cuando regresa a clases y le dan el almuerzo y el desayuno gratis, ese dinero se puede usar para otras cosas”, explica. “Nos quita un peso de encima”.
Algunos resultados sorprendentes de la encuesta fueron que invertir en las comidas de los niños tiene un efecto positivo en la comunidad en su conjunto. Del mismo modo que un estómago lleno favorece el aprendizaje y las relaciones sociales de los niños, menos presión para los padres fortalece las familias, y unas familias más fuertes conducen a comunidades prósperas. Los padres pueden asistir más fácilmente a los eventos escolares, ofrecerse como voluntarios y apoyar las actividades locales.
Qué significa esto para nuestro trabajo
Las cifras reafirman lo que ya sabemos: los programas federales de nutrición son esenciales para la salud de los niños y la felicidad de las familias. Sabemos que casi 1 de cada 4 niños en hogares latinos de Estados Unidos sigue pasando hambre. La encuesta ofrece una valiosa información sobre las dificultades, los miedos y las esperanzas de los padres durante el regreso a clases. Y con el alto costo de la vida actual y la incertidumbre económica futura, muchos padres están pasando apuros. Los datos y las historias de Maurice, Carol y Shameka, y de más de 1,200 padres como ellos, muestran que este problema es más urgente que nunca para nuestro país.
Los programas de nutrición trabajan en conjunto para acabar con el hambre infantil, y sus beneficios van mucho más allá de las comidas. Las comidas escolares motivan a los niños a asistir a la escuela y, una vez allí, están más comprometidos y preparados para aprender. También brindan un respiro a las finanzas de los padres. Estos pueden pagar otras facturas e incluso ahorrar para el futuro de sus hijos. Cuando los niños están bien alimentados, los padres se involucran más en la comunidad. Sabíamos que estábamos acabando con el hambre infantil, pero hemos descubierto que estamos haciendo mucho más que eso.
No Kid Hungry trabaja con escuelas y comunidades de todo el país para garantizar que dispongan de los recursos y fondos necesarios para fortalecer los programas de comidas escolares y alimentar así al mayor número de estudiantes posible. El año escolar de 2023-2024, los socios de No Kid Hungry sirvieron más de 374 millones de comidas a niños y familias de todo el país.
Mientras las familias enfrentan un futuro económico incierto con los recortes inminentes del SNAP y Medicaid, las comidas escolares desempeñan un papel fundamental para los niños. Necesitamos su apoyo ahora más que nunca para garantizar que los niños y las familias puedan prosperar.
Cómo puede ayudar
- Done: 1 dólar puede ayudar a brindar 10 comidas* a niños. Su apoyo nos ayudará a financiar programas de comidas en todo el país y a promover políticas que ayuden a los niños a obtener las comidas que necesitan. *Las donaciones ayudan a apoyar programas que alimentan a los niños; No Kid Hungry no ofrece comidas individuales. Las equivalencias de las comidas varían. Obtén más información en NoKidHungry.org/OneDollar (en inglés)